Del Nespresso a la eternidad
EL PAÍS.COM - Mucha gente habla ahora de Nespresso, el café de Nestlé que adoran los BBs (bourgois-bohemians). Estos clientes no han dejado de crecer y no habiendo ya clases sociales diferenciadas, ellos representan el cogollo culto y delicado que se junta sin revolverse ni perder la individualidad. Nespresso los representa bien.
La marca ofrece casi veinte cápsulas de aluminio esmaltadas de diferentes colores -todos chic- que contienen diferentes porciones de buen café. Todos los BBs pueden usar el mismo aparato, aunque ya firmas distintas (desde Krups a Siemens, de DeLongui a Essenza) han creado diseños distintos. Su éxito ha sido tan espectacular que se han vendido más de 100 millones de aparatos en medio centenar de países y habrá más de un millón de personas afiliadas al Club Nespresso o Special Club. Nespresso es, pues, más que una marca un suceso social. Y, de hecho, hoy no sería concebible el triunfo de una marca sin su dimensión de acontecimiento. Este fue el caso de Starbucks, del iPhone y de El Código Da Vinci.